En las implicaciones legales es muy importante el estudio de
una mordedura ya sea causado por homicidios, violaciones, violencia de género,
maltrato infantil, etc.
Para su estudio se emplea la fotografía, la radiografía y más avanzado por ordenador.
La identificación se puede aplicar a los crímenes y llegar a
determinar el culpable del caso a través de su mordedura. Si se produce una
pelea o la víctima se resiste, el asesino puede utilizar sus dientes para
defenderse y cumplir con su cometido.
Los principales tipos
de mordedura son:
Mordida
de ataque:
Son aquellas que intentan provocar daño al atacante por lo
que suelen haber perdida de sustancia ya que al morder también se tira y su
cicatriz es más notoria.
Mordida
de defensa:
Es
característica de la fuerte presión y suele ser en sujetos que está siendo estrangulado,
es una mordida profunda y no suele haber tiramiento.
2. Aplicación en lo legal:
En la edad:
Se puede emplear para determinar la edad legal de una
persona, se realiza a través de la cronología de la erupción dentaria y su
estimación es muy aproximada.
En
la muerte:
A partir de la dentadura y lo que la rodea, el profesional
puede llegar a determinar la causa de la muerte del individuo, ya fuese de
carácter delictivo o natural.
3. La odontología forense en exhumaciones:
El papel del odontólogo forense es muy importante ya que muchas veces en las exhumaciones la dentadura es la parte que se conserva del
esqueleto en mejores condiciones.
4. Determinar la causa de la muerte:
A partir de la dentadura y lo que la rodea, el profesional
puede llegar a determinar la causa de la muerte del individuo, ya fuese de
carácter delictivo o natural.
Antropología:
El estudio de la evolución del ser humano no habría sido
posible sin la existencia de los estomatólogos forenses.
Ellos han llegado a determinar el sexo, la talla, la edad o
el grupo étnico. Incluso, las reconstrucciones faciales serían impensables sin
la presencia de este especialista.
En el historial de los resultados
que aportó la odontología forense, se encuentra la catastrófica y penosa de Teresa Lichi, joven desaparecida
desde el 17 de abril de 2012 en Villarrica, y asesinada por su ex novio Guillermo Saúl Duarte, quien
era abogado.
El 17 de abril del 2012, la joven
salió de su domicilio de Coronel Martínez, a 20 km de Villarrica, con destino a
la Universidad Católica de esta ciudad, y desde esa fecha estuvo desaparecida.
El motivo. La causa por la cual
ocurrió el crimen, según una hipótesis, es que la víctima presumiblemente quiso
cortar la relación con el abogado, atendiendo a que este al momento del hecho
estaba casado, por lo cual hubo una discusión y tuvo horrible final.
Su cráneo fue hallado en el monte
Ñumi meses después. El doctor Zárate, junto a profesionales del Ministerio
Público, confirmó que se trataba de ella, luego de análisis de la placa
dentaria.
CASO 2:
Accidente vuelo 950 de Canadá (1985)
El 12 de diciembre de 1985, el
vuelo 950 de Arrow Airways que transportaba a 248 soldados de la Armada
estadounidense y 8 miembros de la tripulación, se estrelló al despegar del
aeropuerto internacional de Gander, en Newfoundland y Labrador (Canadá),
falleciendo todos sus ocupantes. Al inicio, la causa del accidente no estaba
clara, y se barajaban varias opciones. Finalmente se llegó a la conclusión de
que la causa más probable era por la presencia de hielo en las alas del avión.
Los registros médicos y dentales
de las víctimas viajaban en el mismo vuelo. La mayor parte de ellos fueron
destruidos, y el resto quedaron bastante dañados. Se pudieron recuperar 36
radiografías, y 8 historiales dentales.
El estado de la mayoría de los
cuerpos (incinerados, desmembrados), dificultaron bastante las labores de
identificación.
Los trabajos de búsqueda y
recuperación de los cadáveres se realizaron en condiciones de fuertes vientos y
grandes nevadas. Los últimos cuerpos se recuperaron 2 meses después del
accidente. Los restos fueron trasladados para su identificación a la base aérea
de Dover, en Delaware (Estados Unidos).
Identificación: Se consiguieron
recuperar todos los cadáveres de la zona. Un tercio de ellos estaban intactos,
otro tercio parcialmente dañados, y la otra porción consistía en fragmentos
aislados, incluyendo restos dentales.
Consiguieron reunir registros
odontológicos ante-mortem de 179 militares y de los 8 miembros de la
tripulación.
El equipo odontológico PM estaba
formado por 3 unidades de radiología dental, (que aplicando medidas de control
de calidad, obtuvieron radiografías de alta calidad); y 4 equipos de examen
compuestos por 3 odontólogos cada uno, con profesionales más veteranos y otros
con menos experiencia.
Después de las experiencias
vividas en otros desastres, como el de Tenerife14, se tomaron medidas de
prevención del estrés entre los trabajadores, sobre todo entre los más jóvenes.
Todos los fallecidos fueron
identificados. La odontología ayudó a la identificación de 180 de las víctimas
(70%). De ellas, 67 (26%), en combinación con análisis de huellas dactilares, y las otras 113 (44%), sólo por
odontología, o en combinación con otros métodos.
El otro 30% restante, fueron reconocidos a través de las huellas dactilares, historiales
médicos, o por exclusión
CASO 3: A continuación una representación de unos estudiantes sobre la aplicación de odontología forense en una escena de crimen
Es una de las ramas de la odontología que se encarga de estudia el manejo y examen de la evidencia dental, esta rama trabaja con la justicia.
Sus principales intervenciones son:
En el estudio de las huellas de la mordedura.
En la identificación humana.
¿Identificación dentaria? ¿Existe?
Sí, consiste en la resistencia de la piezas dentales a los agentes externos, tiempo, humedad y altas temperatura. El esmalte es el tejido más duro del organismo aguanta hasta temperatura de 1200 grados. Las piezas dentarias se desarrollan en grupos y periodos lo que permite estimar la edad desde la vida intrauterina.
Cada persona tiene una características únicas de su dentadura :
Forma de la arcada.
Oclusión .
Forma y tamaño de los dientes.
El paladar presenta unas rugosidades,estas se identifican por su forma, tamaño y posición.
Son únicas en cada paciente, iguales desde que se forman hasta la muerte no variando nada.
A continuación un corto vídeo sobre de que trata la odontología forense:
Acción farmacológica reparativa de Artemisia Douglasiana Besser
La artemisia Douglasiana Besser, es una especie herbácea perenne perteneciente a la familia Asteraceae, es una planta sin semillas aromáticas en el género Artemisia.
Puede crecer hasta 3-5 metros de altura en sombra parcial y suelos húmedos. Se extiende a lo largo de los tallos subterráneos o rizomas, y tiene pequeñas flores poco visibles. Las hojas dentadas, aromáticas son grisáceo abajo y tienen una larga historia como un remedio herbal.
Los investigadores modernos siguen estudiando las propiedades medicinales de artemisa California.
Ayuda en:
-Problemas digestivos
-Erupciones cutáneas y heridas
-Síntomas nerviosos
-Salud a la mujer
Link sobre más información de la Artemisia Douglasiana Besser:
En 1959 un grupo de nueve alpinistas mueren de manera desconocida en los Montes Urales, esta es la inquietante historia del gran misterio de la antigua URSS. A principios de febrero de 1959 el tiempo era bueno en la zona de los Urales.
Una decena de estudiantes y experimentados alpinistas, encabezados por Igor Dyatlov, de 23 años, se preparaba para realizar una expedición a la cordillera montañosa.
Cuando emprendieron la marcha hacia la base del monte Otorten nadie presagiaba su fatal destino. Al llegar al último lugar de aprovisionamiento un miembro del equipo, Yuri Yudin, enfermó repentinamente, lo que le obligó a quedarse allí para recuperarse ante la imposibilidad de seguir el ritmo del resto del grupo de estudiantes. Paradójicamente, aquella circunstancia se convirtió para su protagonista en un suceso providencial y, al mismo tiempo, en una pesadilla. Desanimado, Yudin se despidió de sus nueve compañeros. Sería la última vez que los vería con vida. Lo que les ocurrió a partir de ese momento sigue siendo un completo misterio.
De acuerdo a las normas básicas de seguridad, cuando llegaran a la zona de Vizhai, de regreso de la montaña, Dyatlov tenía que enviar un telegrama al Instituto Politécnico de los Urales, donde estudiaban todos los integrantes del grupo. El joven calculaba que eso sucedería alrededor del 12 de febrero, pero advirtió, no obstante, que podría retrasarse algunos días si el tiempo se complicaba. Por este motivo nadie se percató de su desaparición hasta pasadas varias semanas. No fue hasta el 20 de febrero cuando las familias de los excursionistas dieron la voz de alarma ante la falta de noticias de sus seres queridos. Entonces se movilizó un equipo de rescate compuesto por miembros de la policía y del ejército y por un grupo de profesores y alumnos de lo que hoy es la Universidad Técnica de los Urales.
Tras varios días de búsqueda, el 26 de febrero encontraron el último campamento que habían establecido los estudiantes. Su estado no presagiaba nada bueno. El estudiante que lo halló, Mijail Sharavin, dibujó una instantánea escalofriante: las tiendas estaban totalmente rajadas desde dentro y cubiertas parcialmente por nieve. No había nadie en su interior, pero, extrañamente, los objetos personales, incluso la ropa de abrigo, permanecían allí. Al revelar las fotos de las cámaras que los jóvenes habían dejado atrás como mudos testigos de lo sucedido, se determinó que el grupo había acampado en ese lugar el 2 de febrero hacia las cinco de la tarde.
El equipo de rescate encontró también un conjunto de huellas en línea recta que partían de las tiendas de campaña. Los expertos aseguraron que pertenecían a un grupo de unas ocho o nueve personas, lo que demostraría que todos los estudiantes huyeron prácticamente desnudos. Unos llevaban calcetines y otros, una única bota, pero algunos escaparon con los pies descalzos. Las huellas se hundían unos 90 cm en la nieve y no revelaban signos de violencia ni la presencia de alguien ajeno al grupo. Conducían hacia una pequeña cuesta que llevaba a una masa arbolada cercana, pero tras 500 m desaparecían sin dejar rastro. En el borde del bosque aparecieron los cuerpos sin vida de dos de los estudiantes desaparecidos: Georgi Krivonischenko, de 24 años, y Yuri Doroshenko, de 21. Sus cadáveres descansaban bajo un gran pino vestidos únicamente con ropa interior y sin signos externos de violencia. Junto a ellos se veían los restos de una hoguera y algunas ramas del pino destrozadas. A pocos metros, en un claro de la arboleda, yacían los cuerpos de Rustem Slobodin, de 22 años, de Zina Kolmogorova, de 22 años, y de Igor Dyatlov, de 23.
Por la posición de los cadáveres, parecía que los jóvenes habían tratado infructuosamente de llegar al campamento. Este espeluznante hallazgo provocó que se pusiera en marcha una investigación. La autopsia que se realizó a los cinco cuerpos no arrojó datos relevantes: los estudiantes habían muerto por hipotermia y no presentaban lesiones externas. Tan solo uno tenía una pequeña fractura en el cráneo que no había sido la causa de su muerte. Y es que, salvo por los detalles escabrosos que presentaba el campamento y el hecho de que los estudiantes lo abandonaran sin ropa, todo lo sucedido entraba dentro de los parámetros de lo aparentemente lógico. Pero aún quedaban por encontrar cuatro de los estudiantes. El descubrimiento de sus cuerpos dio un dramático giro a los acontecimientos.
Establecer el paradero de los demás excursionistas costó casi dos meses. Los cuatro estaban enterrados bajo 5 m de nieve cerca de una especie de pequeño barranco, próximo al lugar donde se habían encontrado los cuerpos de las otras víctimas. Eran Nicolas Thibeaux-Brignollel, de 24 años, Ludmila Dubinina, de 21, Alexander Zolotaryov, de 37, y Alexander Kolevatov, de 25. El cráneo de Thibeaux estaba prácticamente destrozado por dentro, y Zolotaryov y Dubinina tenían varias costillas rotas. Además, la muchacha no tenía lengua. Pese a ello, las lesiones externas que presentaban eran prácticamente inapreciables. Y, al contrario que los demás, estaban vestidos. Parecía como si los últimos en morir se hubieran apropiado de las ropas de quienes habían fallecido primero, ya que el cuerpo de Zolotaryov vestía un abrigo de piel y un sombrero de Dubinina, mientras que los pies de esta última estaban envueltos en los pantalones de Krivonischenko. Tras tres meses de análisis, la investigación sobre el caso se dio por zanjada sin llegar a ninguna conclusión. Sin testigos, sin nadie a quien acusar y sin pruebas sustanciales sobre lo ocurrido era lo más previsible. El caso quedó bajo secreto de sumario y se prohibió el acceso a la zona donde habían ocurrido los hechos durante los tres años siguientes. Hasta el momento se han desclasificado muy pocos documentos al respecto. Pero, a pesar de los esfuerzos de las autoridades por acallar este espeluznante suceso, los compañeros y los familiares de los jóvenes impulsaron la creación de una organización que se ha dedicado a tratar de desentrañar el misterio durante los últimos 49 años: la Fundación Dyatlov.
Esta asociación se ocupó del caso desde sus inicios, tratando de comprobar la validez todas y cada una de las hipótesis que se han planteado para tratar de reconstruir los hechos que sucedieron aquella fatídica noche. Hoy prosigue esta tarea su director actual, Yuri Kuntsevich. Las primeras teorías culpaban de las muertes a la tribu que habitaba aquel lugar, los mansi, ya que se planteó la posibilidad de que los excursionistas hubieran profanado algún lugar sagrado de este pueblo. Pero esta hipótesis fue descartada de inmediato debido a que ni la montaña de Otorten ni Kholat-Syakhl eran considerados como tales por los mansi y, además, nunca se encontraron huellas de otras personas en el campamento. Es más, años después algunos especialistas en Medicina forense, como el doctor Borís Vozrozhdenny, han explicado que es imposible que un ser humano pueda ocasionar las heridas internas que presentaban los últimos cuatro cadáveres, que son parecidas a las que se producen en un accidente con un vehículo a toda velocidad: externamente no se aprecian, pero los daños internos son fatales. Descartada la intervención humana, los investigadores comenzaron a localizar a los testigos de la época. En 1990 el investigador Iev Ivanov consiguió entrevistar a varios militares y meteorólogos que relataron que entre febrero y marzo de 1959 se habían divisado en la zona unas “esferas brillantes”.
Para Ivanov esas esferas brillantes eran la clave del misterio. Entre los pocos documentos desclasificados sobre el caso existe uno que hace referencia a unos excursionistas que acamparon a unos 50 km de distancia de los nueve fallecidos. El informe recoge que en la noche del 2 de febrero vieron “extrañas esferas luminosas de color naranja que flotaban en el cielo en dirección a Kholat-Shiyakhy, sobre las montañas de Otorten”. De nuevo las luces eran las protagonistas en estos testimonios, lo que dio pie a que los investigadores especularan con la posibilidad de que una de aquellas esferas hubiera provocado que alguno de los excursionistas –si no todos- decidiera seguirlas y hubiera animado a los otros para que lo acompañaran. Aquellas luces podrían haber provocado una explosión, que sería la causante de las lesiones internas que presentaban los cadáveres.
Para Yudin, el único superviviente, esta hipótesis es la más plausible, ya que explica las heridas y el extraño tono bronceado que presentaban los cadáveres cuando fueron encontrados. Pero, sin duda, la prueba que más la refuerza es el hallazgo de altos niveles de radiación en las ropas que portaban los cadáveres. Sin embargo, a pesar de que la zona se rastreó en varias ocasiones, nunca se encontraron pistas o señales de una posible explosión.